domingo, 9 de diciembre de 2012

Ese momento en el que te das cuenta de que has hecho demasiado por alguien, que el siguiente paso sólo puede ser pararse. Dejarlo todo y alejarse. Eso no significa que me esté rindiendo o que no lo haya intentado con suficiente fuerza, lo contrario. He dado más de todo lo que podía dar, y ya he entendido que he sobrepasado la línea. Esto ya no va a más. Todo lo que he dado no ha servido de nada, y aunque duela, debo de entender que es así, y que no hay más. Que por mucho que me esfuerce no vas a ser mio. Pero te aseguro, que algún día te darás cuenta de que nadie ha estado ahí como yo, de que no han dado ni la mitad de lo que yo he dado por ti, de que nadie te querrá como lo he hecho yo, y en ese momento te sentirás igual de gilipollas que lo que he sentido yo dándolo todo por ti sin recibir lo mismo a cambio. 

Lo que es verdaderamente tuyo, tarde o temprano lo será,
y lo que no lo es, no importa lo mucho que te esfuerces,
nunca lo será.